El optimismo que llega desde el mostrador

Creo que 2025 va a ser un buen punto de partida. Soy optimista.

No hago sociología, por supuesto, simplemente opino como comerciante -alguien que compra un producto y lo vende- de manera que puedo hablar de mi empresa y, específicamente, de la micro de un negocio.

La microeconomía es el mostrador, es la realidad que te permite ver cómo van a evolucionar las cosas.

Y ahí detecto un repunte que ya corroboramos en charlas con proveedores a fines de 2024.

Tampoco trazo un análisis político. Insisto en la realidad del mostrador, la misma que nos decía que el proceso anterior era cantado: se trataba de protegerse de la inflación y requería el manejo específico de stockearse. La inflación diluye los defectos o errores que puedas cometer en tu empresa y frena mayores costos o gastos en exceso porque con la revalorización del stock estás protegido.

Hoy la estabilidad es otra cosa. Hubo un sinceramiento de precios.  Me atrevería a asegurar que desde agosto el esfuerzo estatal de bajar impuestos tuvo como correlato una baja importante de precios que desembocó en una transformación del mercado de oferta. Desde entonces ya nadie compra por las dudas.

Más allá de esto, la micro también me genera optimismo porque la macro está en orden.

Y porque el proceso que atravesamos es realista. Si se siguen haciendo las cosas como dicen que van a hacer -con baja de impuestos y demás-  seguramente Argentina va a ser un gran país para invertir.

Pero antes los que tenemos que darnos cuenta que Argentina es un gran país para invertir somos los argentinos.

Con estas perspectivas, con reglas de juego claras y con la disminución de los costos del Estado vía reducción de impuestos creo que va a haber un impacto positivo que impulsará el crecimiento y más actividad.

¿Similitudes con los 90? Sí, pero no tanto: hoy veo una economía más sana que en aquel entonces, las empresas están fuertes, sin deudas y dentro de un proceso como el actual en algún momento la liberación del cepo va a ser posible.

Cuando eso ocurra el crecimiento va a ser más genuino.

Obviamente que todavía falta mucho, ya sea en la senda de las soluciones en materia social o por ejemplo con respecto a la flexibilización laboral. Lo que se consiguió hasta ahora en relación a esto último no logró mayor incidencia, pero se puede avanzar muchísimo más para que haya empleo genuino y las empresas puedan tomar empleados sin riesgos de juicios y demás.

En definitiva, en 2025 me parece que este proceso realista va a confluir en una desregularización y una disminución de los costos salariales porque hay determinación y una política de mercado competitiva. Una política macroeconómica que no tiene nada de raro.

Es lógica, lo que está en los libros, nada más, nada menos. 

·         Ex presidente de la Cámara Empresaria de Tandil, comerciante, dueño de Matelec.